Arquitecto Rubén Tomasov



Entrevista realizada por e-mail en el mes de junio de 2013.

El arquitecto Rubén Tomasov vive actualmente en Barcelona, España.



Fecha de ingreso a la FAU: 1947
Fecha de egreso de la FAU: 1952





Yo alumno – Yo arquitecto.



Juan Molina y Vedia (JMV): Rubén, te pido que pienses en los años previos a tu transformación en estudiante de arquitectura primero y en arquitecto después.
Una metamorfosis que no es la de Kafka pero nos interesa para dejar registro de la memoria de nuestra facultad.
Si podés, sin apuro, andá contando tu experiencia, nos va a interesar mucho.
Sandra te habrá contado que estamos preparando en libro con los diez años de expos y entrevistas que hicimos.
Contános como estás.
un abrazo. Juan

Rubén Tomasov (RT): Me pides que relate mi metamorfosis; pienso que no ha sido una sino tres y puede que cuatro.
La primera ocurrió al decidir transformarme en estudiante de arquitectura, ¿Qué la motivó? No tengo idea o no lo recuerdo.
En todo caso, siendo alumno del último año del secundario me matriculé en el curso de ingreso a la facultad de arquitectura que seguí aún siendo estudiante de secundaria (qué fuerza tenía entonces: colegio por la tarde, curso de ingreso por la mañana, más curso de inglés en algún momento libre!).

Ya avanzado el curso de ingreso ocurrió mi segunda metamorfosis provocada por una duda fundamental: no estaba seguro de haber elegido la carrera que me convenía. Mis amigos, compañeros de la secundaria, algunos de ellos también compañeros del curso de ingreso, me convencieron que debía seguir arquitectura basados en mi "talento" como dibujante.

Y seguí, pese a que las dudas asomaban de tanto en tanto. Pero las clases de dibujo técnico (no recuerdo con quién) y las de dibujo a mano alzada, con Gigli, fueron capaces de mantener un entusiasmo suficientemente fuerte como para seguir adelante. El Vignola fue algo fascinante, especialmente la reproducción de los órdenes Jónico, con sus volutas, y Corintio tan difíciles de dibujar.

Fue un paseo por el "Tratado de los cinco órdenes de la Arquitectura" comenzando por el orden Dórico (sin duda el más fácil y el que nos enseñó que los fustes de las columnas tenían gálibo, no había una sola línea recta) y terminando con el orden compuesto, del cual no me queda ni un recuerdo.

Recuerdo bien los esfuerzos aplicados a reproducir los órdenes de Vignola, que debíamos dibujar en papel Whatman de 50X70 adherido al tablero por el "gallego" Suárez, el espacio en el que trabajábamos, rodeados por bustos de yeso que nos vigilaban desde un balcón a media altura de la sala del primer piso del viejo edificio de la facultad, en la calle Perú 294, parte del complejo de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

No recuerdo, fuera de Mariscotti en Arquitectura, de Gigli en Dibujo y del "gordo" Ottonello en Matemáticas, qué profesores dictaban los otros cursos y creo que esos recuerdos los han borrado los recuerdos de los cursos preferidos, los de Arquitectura y los de Dibujo.

La historia sigue a través de los cursos una vez ingresado; de todos ellos, los más importantes para mí fueron los de Arquitectura (o de Diseño, como se los llamó después). El primer año, Introducción a la Arquitectura (¿o sería Arquitectura I?), con González Pondal y Mariscotti fue una especie de repetición de lo hecho en el curso de ingreso con la diferencia fundamental de que nos estaba terminantemente prohibido innovar y crear, mientras que en el curso de ingreso se nos preparaba para lo que seguiría. El fin del primer año nos dio la posibilidad de "crear" o diseñar algo, aunque restringidos ya que debíamos ceñirnos a alguno de los órdenes del Vignola. De más está decir que ya mediado el primer año nos sentíamos enjaulados. Ya habíamos sabido de la existencia de Corbu y de los pioneros de la arquitectura moderna.

Creo que durante el tercer año, aparece un profesor adjunto en Arquitectura (sabíamos que de los titulares no podíamos esperar nada) que nos hizo pensar en la arquitectura como en algo moldeable basado en parámetros discernibles: Alfredo Casares.

Algún tiempo antes, un primo arquitecto me había recomendado que comprara el "Arte de Proyectar en Arquitectura", de Neufert, libro que según él debía transformarse en mi libro de cabecera, pero el Neufert me resultó aburridísimo y lo cambié en la librería El Ateneo por el segundo tomo de las obras completas de Le Corbusier. Éste sí se transformó en mi libro de cabecera. De a poco fui comprando otros tomos así como libros de Alvar Aalto y otros semejantes.

Luego vinieron años más interesantes y productivos durante los cuales pudimos desarrollar ideas arquitectónicas y darles forma. Aprendimos Sombras y Perspectiva, con Dodds y los "apuntes" de Billorou, materias técnicas como Instalaciones Complementarias, Especificación y Dirección de Obras, Estabilidad de las Construcciones (Guttero, Curcio), Composición Decorativa (Breyer), Teoría de la Arquitectura ("Queso Fresco" De Lorenzi), Historia de la Arquitectura (Buschiazzo, y el Pevsner, un descubrimiento no generado por el titular sino por uno de sus adjuntos cuyo nombre se resiste a que lo recuerde), Instalaciones Termomecánicas (pomposo título para un curso en el que más que todo se nos enseñaba a dibujar sobre tela), e Introducción al Urbanismo (la facultad no fue FAU creo que hasta mi último o penúltimo año) contando entre los adjuntos con Odilia Suárez y su "novio", el "Limpio" Eduardo Sarrailh; gracias a ellos dos realmente “diseñamos" en Urbanismo (Creo que fue Gropius quien dijo que el proceso de diseñar una silla, una obra de arquitectura o una ciudad es el mismo).

En total, fue una experiencia fenomenal, comenzada con el descubrimiento del tiralíneas y llegando al "Caran d'Ache", la "Tintenkuli", y el "Graphos" que usábamos profusamente en nuestras entregas.

Y así, para hacerla corta, llegué a terminar la carrera y recibirme de arquitecto. A partir de este momento, la historia cambia de forma dramática.

En primer lugar, apenas recibido me fui a USA; el clima político y sus concomitantes bajo el proto-peronismo me resultaban intolerables. Allí estuve 4 años, nació mi primera hija y aprendí a construir y a hacer que lo que se dibuja pueda ser construido.

De vuelta en Buenos Aires se produce la tercera metamorfosis: el ejercicio profesional no me resultó fácil; la Facultad no me había enseñado a ser lo que no era; es decir, a ser un arquitecto y un empresario, a tener capacidad para todo aquello que no sea específicamente "arquitectura", que fue todo lo aprendido.

De todas maneras, di los pasos necesarios para convertirme en un real arquitecto como corresponde: inscripción en el Consejo Profesional de Arquitectura de la Capital Federal, en la  Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, etc.




           








Con Oscar Molinos y Carlos Colombo hicimos una obra en San Martín (Molinos había hecho el proyecto antes de que yo volviera de mi primer viaje a USA) que casi en el momento de ser terminada y poder entregársela al propietario —un milico— debimos dejar inconclusa porque el milico se cabreó con Molinos por alguna razón que se me escapa.

Participamos en algún concurso, hicimos perspectivas a todo color para otros arquitectos, más exitosos que nosotros en la profesión, y poco más fuera de ver lo que pintaba Bobby Aizenberg  en la habitación contigua y después su sucesor, Julio Silva (mucho más tarde en París fue el ilustrador de "La vuelta al día, en ochenta mundos" de Cortázar).

Creo que algo hemos hecho  o intentado hacer con el "Mono" Vivanco mas no recuerdo qué pudo haber sido. De todas maneras, es seguro que no llegó a concretarse.

En algún momento cerramos el estudio y disolvimos esa "sociedad" carente de capital accionario y de contabilidad por ser innecesaria.

Gracias a amistades forjadas desde los tiempos de estudiante, como las que tuve con Carlos Méndez Mosquera, con Alberto Le Pera, con Alfredo Ibarlucía, me transformé en profesor adjunto y en jefe de trabajos prácticos en los talleres de Arquitectura, y de Visión en una facultad drásticamente distinta de la que conocí como estudiante: la FAU (ya Facultad de Arquitectura y Urbanismo), no sólo por el nombre y la cantidad de alumnos sino por los edificios donde se enseñaba. Siendo alumno del último año de la facultad fui ayudante en el taller de Arquitectura II (a cargo de no recuerdo quién  ¿Domínguez? — y Gurevich) donde tuve la suerte de contar con dos alumnos inquietos y preguntones: Jujo Solsona y Eduardo Bell. Enseñar fue también un aprendizaje pues lo hice a intuición pura. Eso fue todo lo que tenía para ser adjunto. Y me ayudó a parar la olla. Como todo tiene un fin, esta experiencia finalizó con la "Noche de los Bastones Largos" así como se acabaron cuestiones como "laica vs. libre" en el ámbito académico y muchas otras en el ámbito nacional.

De modo que ser partícipe de la "Época de Oro" (como llamó Manolo Borthagaray a la del ‘56-‘66 en una nota que escribió para algún periódico) fue un hecho importante y perdurable en mi vida de arquitecto.



Tuve la oportunidad de hacer de los pabellones de Figueroa Alcorta un espacio útil para la enseñanza masiva de la arquitectura. No estoy seguro ahora de haber hecho lo correcto ¿ayudar a que la enseñanza sea masiva?

Nuevamente para hacerla corta, llego a mi cuarta y penúltima metamorfosis: vuelvo a USA y logro trabajar como arquitecto con bastante libertad al no tener que ser empresario además de arquitecto.

¿La última metamorfosis? Dejar de trabajar como arquitecto.

Juan, si quisieras que ampliara algún punto de mis recuerdos y te viene bien, envíame un cuestionario o un listado que me ayude.

JMV: Muy buenos tus recuerdos. ¿Podés ponerles algunas fechas aunque las puedo sospechar?
Si querés contáme de tus proyectos de los que conserves datos tanto de época de estudiante como después. Mariscotti, Curcio, Odilia, Méndez Mosquera fueron mi época, entré en el ‘50 y terminé en el ‘56 y enseguida me fui al Chaco por cuatro años. Después volví a Bs. As. y estuve un año en Cuba, el ‘63, y volví oportunamente para ser echado a los golpes en el ‘66. Por ahí recuerdo haberte visto y tengo un recuerdo vago de eso.
Volveré a leerlo luego más reposadamente. Si tenés imágenes de lo que hiciste en EEUU sería interesante conocerlas.
Te cuento que ahora estoy volviendo a estudiar el caso de Casasco y las ferias internadas de Bs. As. y su relación con Mies. Sé que una hija suya tiene un taller en EEUU pero perdí el contacto. Queremos revisar aquellas transposiciones de Mies a nuestro medio y las aventuras que siguieron.
Bueno, te agradezco tus recuerdos y espero que te encuentres muy bien.
Mandáme todos los datos que puedas.
Sobre el dibujo y su relación con lo arquitectónico sería interesante alguna reflexión que tengas ganas de agregar.               
un saludo porteño de Juan.

RT: Fechas: curso de ingreso 1946; ingreso en el ‘47; termino de cursar y me recibo en marzo 1952.

Docencia: 1958 al ‘66

No tengo idea de qué trata el caso de Casasco y las ferias internadas de Bs. As. y su relación con Mies. ¿No se trata de Catalano?
El único recuerdo de Casasco es el de haberse llamado así una de las dos casas de copias de planos.

No tengo imágenes de lo que hice en EEUU; he perdido todo lo que tenía cuando se incendió mi departamento, no sólo trabajos sino libros, discos, etc. Sólo me ha quedado la foto de la perspectiva de un proyecto para los talleres de mantenimiento de los ferrocarriles de New Jersey, una obra construida en 1984-85 que adjunto.



De los proyectos como estudiante recuerdo un planetario en 2º curso de Composición Arquitectónica, y el último proyecto en el taller de Composición Arquitectónica 5º con Villalonga, quien, pese a querer bocharme me aprobó con distinguido. Creo que lo confundí muchísimo porque muchas de las láminas mostraban los cortes superpuestos a las plantas y no supo qué hacer con eso.

Me sería totalmente imposible darte más datos de mis proyectos como estudiante y menos aún hacerte llegar bocetos.

Acerca del dibujo y su relación con lo arquitectónico, ver más abajo.

JMV: Bueno, vi en internet datos tuyos y en una entrevista a Noldi Gaite datos de Mies y Saarinen con quien habrías trabajado. Estamos muy interesados en, justamente, la influencia de Mies en los ‘60 aquí. Por ejemplo en el proyecto de Bonet para San Telmo donde colaboraron Baliero, Jujo Solsona, y varios otros, en la época de Aramburu. La ciudad universitaria en Núñez, y antes la de Tucumán con Vivanco y Soto.
Ya podré enterarme mejor ahora por internet. Saludos y hasta pronto.
Con Sandra Méndez Mosquera estamos preparando en libro sobre el Archivo que toma desde la generación del ‘30, de Mario Roberto Álvarez hasta las de fin de siglo. Reunimos unas 100 entrevistas hechas durante diez años. Bueno hasta pronto y siempre gracias. Juan

RT: Me intriga dónde viste en internet datos míos. Pero en la entrevista a Noldi Gaite, los datos acerca de haber trabajado con Mies y con Saarinen son erróneos.

Sólo he trabajado para tres proyectos de Saarinen (Auditorio y Capilla en el MIT; Arco Conmemorativo en Saint Louis, Missouri) como arquitecto coordinador de la ingeniería estructural y la arquitectura en un estudio de ingeniería.

No podría asegurarlo pero creo que la influencia de Mies es anterior a los ‘60, seguramente contemporánea con la de Corbu.

¿Harán una publicación en línea del libro que están preparando con Sandra?

JMV: En internet mi hijo Agustín puso Tomasov y aparecieron tus datos.
Por supuesto junto con Corbu y antes del ‘60 influyeron ambos.
Viene bien aclarar datos erróneos que tomamos de una charla con Noldi Gaite. El tiempo, creo, fabula.
Sí, Eudeba editará un libro con los materiales del archivo. Estamos preparando síntesis de entrevistas e imágenes para hacerlo.
Bueno gracias por tus contestaciones.
Hasta pronto. Juan.

RT: Voy a hacer lo mismo que tu hijo y pondré Tomasov en Google para leer con toda seguridad los errores que aparezcan. No creo que pueda hacer algo para corregirlos.

JMV: Vi tu obra de Talleres de New Jersey. Es algo buenísimo y me parece que sería bueno que me agregues más datos y comentarios sobre esa obra que debió ser una aventura como para darla a conocer. Sin apuro iremos charlando esas cosas. ¿Cómo está esa obra ahora, cómo fue la aventura de proyectarla y construirla? Espero no ser molesto pero esas preguntas no puedo dejar de hacerlas. Un saludo desde Bs. As., hasta pronto. Juan.
y gracias por todo....

RT: Esta obra fue el resultado de una coincidencia.

Un arquitecto japonés había estado trabajando en el anteproyecto durante un tiempo. Al cambiar su ubicación en el Estudio y acabar sentado a una mesa vecina a la mía, vi lo que estaba haciendo y me puse a dibujar lo que se me ocurrió debía ser el planteo del proyecto. Uno de los socios del Estudio pasó unos días más tarde por mi mesa y vio qué había hecho yo, una perspectiva que mostraba claramente mi planteo.

Esta fue otra metamorfosis (había olvidado que existió) porque a partir de ese momento cambió radicalmente mi status en el Estudio: yo había entrado como dibujante luego de tratar de hacer que mi CV fuera lo más escueto posible, no hiciera referencia a tantas obras ni indicara que poseo título de arquitecto. La economía estaba pasando por otra crisis, no tan profunda como la última, pero no se necesitaban más arquitectos y, a seis meses de llegado, yo necesitaba urgentemente poder trabajar.

Unos días después que uno de los socios viera lo que yo estaba haciendo, los socios me invitaron a participar en una reunión con la entidad propietaria (New Jersey Transit Corp.) en la que se presentaría por primera vez el anteproyecto. Mi planteo (poco más que una perspectiva y algunos bocetos de planta) fue muy bien recibido y se nos dio autorización para desarrollarlo.

Al volver al Estudio, se me designó jefe de proyecto y quedé a cargo hasta su terminación, desarrollando hasta los últimos detalles, las especificaciones técnicas, conduciendo un equipo de dibujantes, etc.

Quiero hacer notar que se dio la coincidencia de poder hacer uso de mi habilidad —natural en un arquitecto argentino— en el uso de la perfilería de acero de doble contacto para aventanamientos. Su uso en USA no es común pese a existir una filial de la firma británica, completamente instalada y capaz de prestar asesoramiento completo a Estudios de arquitectura.

Los edificios fueron proyectados con estructura metálica y envoltura de paneles prefabricados con aislación térmica incorporada, y con sus superficies terminadas de forma adecuada para soportar ambientes corrosivos como el del emplazamiento del proyecto: salinidad marítima, refinerías de petróleo cercanas, y fábricas industriales de todo tipo cercanas. Los aventanamientos se podían hermanar con los paneles de la envoltura a la perfección y se cubrieron con la misma terminación que los paneles.

Visité la obra por última vez en los años ‘90, se mantenía muy bien.

De más está decir que para mí ser jefe de proyecto en condiciones total y exclusivamente arquitectónicas y técnicas, con total prescindencia de todo lo referente a temas administrativos, era ideal.

El único problema fue que para proyectos futuros quisieran hacer de mí un gerente de proyecto, cosa que en USA significa tener que olvidarse de hacer arquitectura y dedicarse a los números. Dejé el Estudio en busca de una posición donde pudiera hacer arquitectura, pero la situación volvió a repetirse: nuevamente se me quiso transformar en gerente de proyecto. La historia siempre se repite.

Decidí entonces trabajar como consultor, contratado como arquitecto independiente y hacer control de calidad y verificación de los planos y especificaciones preparados por los constructores para que fueran visados y aceptados por el arquitecto. La última crisis económica hizo que en 2010 terminara mis actividades para siempre.
 

Esto y horarios flexibles me permitieron desarrollar una actividad que tenía algo abandonada, la de construir obras no estrictamente arquitectónicas pero de alguna manera relacionadas.

Se trata de construcciones para las cuales no hay un cliente ni un constructor con quienes lidiar. El cliente, el arquitecto y el constructor son todos yo mismo.

La escala de los bocetos y croquis de detalle es la misma que la de las obras terminadas.

Las herramientas que uso son mis manos, la computadora, varios cortapapeles, lápices de mina negros y de color, marcadores, témperas, acuarelas, paralela, escalímetros, reglas, escuadras, compases, tintas, rapidograf. Los materiales papeles, cartulinas y cartones, todos de diversos pesos y, más que todo, objetos hallados. Soy como la urraca, un carroñero; guardo todo lo que encuentro hasta que sepa qué hacer con los objetos hallados.

Algunas de las piezas construidas (tanto éstas como las demás se han hecho humo) pueden verse en este enlace:




JMV: Muchas gracias por tu respuesta rápida. Vos saliste en el ’52, casi nos cruzamos.
Casasco fue un discípulo, más o menos de Mies en Lago Michigan, que construyó una serie de ferias internadas y estaciones bromatológicas en los ‘50 y que hoy están demolidas salvo una. Unos pabellones de Barcelona con todos los detalles originales copiados. En un grupo de estudio que armamos este año vamos a volver a estudiarlo partiendo del grupo de Stijl de Van Doesburg del ‘17. Si te interesara podría mandarte cosas de ese tema pero no es clave.
Lamento lo del incendio y solo queda que cuentes algo que recuerdes de cómo fueron esos años y los de docencia que creo que fueron cuando yo estaba en el chaco del ‘57 al ‘61.
¿Con quienes trabajaste entonces?
Manolo e Ibarlucía fueron mis ayudantes en primer año.
Voy a ver  lo que me enviaste. Ahora salgo para la facultad al taller. Mañana lo veo.
Nada más por ahora y gracias de nuevo.  ¿Qué te pareció el reemplazo de Gigli por Visión?
Chau, un abrazo de Juan.

RT: No veo cómo se puede estudiar la obra de Casasco partiendo del grupo de Stijl de Van Doesburg, sobre todo si Casasco parece no haber hecho más que plagiar a Mies.

¿Qué recuerdos tengo para contarte de mis años de docencia? (Los otros que me pides te cuente, "esos años" como dices, no sé cuáles puedan ser).

Carlos Méndez Mosquera me pidió que fuera su adjunto en la cátedra de Visión II. En ese entonces yo era socio en el Estudio de Jorge Ferrari Hardoy con quien se generó un conflicto por haber aceptado el ofrecimiento de Carlos, conflicto lo suficientemente grave como para que yo decidiera dejar la sociedad. De esto no me arrepentí pese a que significó perder un ingreso de dinero asegurado. Con toda seguridad se hubiera generado otro conflicto con Ferrari Hardoy dados su personalidad y el tipo de arquitectura al que se dedicaba el Estudio: consorcios de propiedad horizontal armados por él mismo a los que les vendía terreno y proyecto.

De modo que un día me encuentro siendo adjunto de Visión II sin haber jamás ejercido la docencia (salvo la ayudantía ad-honorem en Composición Arquitectónica II, cuando cursaba el último año de la carrera) y menos aún haber estado preparado para ello. Nunca fui un teórico; toda mi experiencia se había desarrollado en el área práctica y el verme de golpe en segunda posición al frente de una cátedra significó hacer uso de mi intuición y, al mismo tiempo, aprender.

Con Carlos MM ya uníamos el dibujo en sí (Visión) con la arquitectura no en el sentido de preparar al estudiante para que sea un buen dibujante de arquitectura sino en el más amplio: el de no dejar de lado ninguna de ambas "materias/cursos" al criticar trabajos, al dar una clase.

Sacriste, su Charlas a Principiantes (http://www.facilibro.com/fichaLibro.php?bookId=2870) fue de gran ayuda para ponerle palabras a conceptos básicos sobre la relación entre Visión y Arquitectura.

Quisiera haber podido charlar con Sacriste para discutir la relación posible entre sus "preceptos" contenidos en las Charlas a Principiantes y los dibujos arquitectónicos producidos en CADD, pero lamentablemente él murió antes que CADD hubiera sido desarrollado y llevado a un nivel aún inferior al actual. Creo que su posición no hubiera cambiado, y no hubiera sido necesario que cambiara: la claridad y nitidez de un buen plano arquitectónico puede darse usando cualquier herramienta.

Fue ésa una experiencia interesante ya que no sólo aprendía a ser docente sino que hizo que la dureza con la cual me defendía de la ignorancia fuera ablandándose.

La relación amistosa con Carlos era fuerte; eso ayudaba a que yo me apoyara en él en lo relativo al tema que enseñábamos y él en mí, sabiendo que no lo defraudaría.

Creo que al año siguiente, Ibarlucía me ofreció la jefatura de trabajos prácticos en Introducción a la Arquitectura (¿y Arquitectura I?). Ibarlucía había "inventado" la manera de enseñar a miles de alumnos y organizó con mucha claridad y visión de objetivos un grupo docente eficiente pese a no ser homogéneo. Era la época de Risieri como rector, la de libre vs. laica etc.

La sede de la facultad y algunos talleres todavía estaba en Perú, pero había talleres en todas partes. Los primeros años estaban en el edificio que había sido escuela religiosa, en Independencia y Urquiza.

Luego pasamos con Carlos a Perú, de noche, con Visión III y IV donde hicimos algo inédito: talleres en los que Visión y Arquitectura coexistían y donde los trabajos de los estudiantes eran criticados por los docentes de ambas disciplinas.

No me quedan muchos recuerdos de esta última época, una en la que no hacía otra cosa que ser docente, con muy poca actividad arquitectónica.

Fui también adjunto de Le Pera en su taller de Arquitectura V.

En todos estos casos uno se hallaba en un ambiente universalista sumamente interesante, donde se discutía acerca de todo lo que a cualquiera pudiera ocurrírsele.

El reemplazo de curso de dibujo (Gigli) por Visión me pareció un paso adelante, una apertura muy importante en la enseñanza de la arquitectura (de esto más adelante hablando de la unión de Visión y Arquitectura.)

JMV: Sí, Casaco plagió a Mies, lo sé. Pero de todos modos interesa analizar obras que hoy están desaparecidas. Es interesante como  episodio de colonización cultural si querés.

Unir Visión y Arquitectura como  lo hiciste con Méndez Mosquera es ideal y quizá imprescindible.
Le Pera fue un tipo interesantísimo. Si recordás algo de él contámelo.
En Summa creo que Nº 1 o sino uno de los primeros había una reflexión de él sobre lo urbano y la forma en que los arquitectos no lo queríamos ver, muy buen artículo.
Ibarlucía, me imaginé que por ahí habías andado. Dante Schulman era otro y yo participé en un curso de ingreso del ‘64 o ‘65 formando parte de equipos de él, de Alfredo.
Otros equipos eran de Juan Pablo Bonta, Felito Iglesia. Eran dos posiciones que se repartían el curso. 
Muy interesante tus comentarios. Te agradezco todo. Con Sandra te hemos podido conocer más y es un placer haberlo hecho. Saludos, Juan.

RT: No tengo muchos recuerdos de Le Pera, predominan entre los pocos que tengo la dicotomía del personaje: por un lado una inteligencia y sensibilidad muy agudas y por el otro lo aparentemente opuesto: los veladores con pantallas cursi en el salón de su casa, el mate y Gardel.

Como buen humanista que era, armaba reuniones a fin de discutir sobre temas importantes, para lo cual invitaba al taller a gente de primera línea en diversos ámbitos, el matemático Mischa Cotlar, o el pensador Gerchunoff (¿o fue Drukaroff?) quienes abrían horizontes más amplios que los restringidos a la arquitectura para que se entendiera que ésta no podía desarrollarse sino dentro de la totalidad de la actividad humana.

Le Pera sabía estar al tanto de lo que sucedía en el mundo y tenía un "QUIÉN ES QUIÉN" propio muy completo.

Creo que diseñó su propia casa en Tucumán; si lo hizo, fue su única obra arquitectónica.

Su artículo en Summa está en internet pero es ilegible.

La idea de unir Visión y Arquitectura no fue mía sino de Carlos, Manolo, Jujo, y otros que no recuerdo.

A propósito de esto, recuerdo la visita que cuando estudiantes me hicieron Juan Oscar Molinos y Carlos Colombo a mi sitio en el taller de Arquitectura II para proponerme trabajar juntos, alquilar un Estudio, montar nuestras mesas de dibujo allí y además de nuestros trabajos para la facultad, tratar de hacernos de algún dinero mediante la arquitectura. Y bien, alquilamos una habitación en el primer piso de una vieja casa de la calle Esmeralda entre Paraguay y Charcas, un clásico edificio de fines del siglo XVIII, con habitaciones que se sucedían unas a otras, todas intercomunicadas, que abrían sus puertas a un corredor con valla de chapa a lo largo de un patio de casi toda la longitud del terreno. La cocina y el baño se encontraban al final del corredor, donde vivían los caseros. No había calefacción ni agua caliente.

Cuento esto porque además de ser un buen recuerdo tiene mucho que ver con el unir Visión y Arquitectura: Molinos y Colombo me hicieron la propuesta basados en haber visto cómo eran mis entregas de Arquitectura.

Con Ibarlucía estaban los que nombras más Peani, un tipo muy interesante también. Hicimos buenas migas con él y por un tiempo mantuvimos una correspondencia cuando él se fue a Italia.

Felito Iglesia estaba en la contra (yo y la mayoría del equipo de Ibarlucía estábamos con la laica) pero era un tipo inteligente e interesante.

¡Qué época y qué capital humano el de esos tiempos!

JMV: Le Pera firmó mi partida de nacimiento, era amigo de mi viejo, Mario.
Sé que era hijo de un panadero. Mario Roberto Álvarez me contó que Le Pera le tomaba los apuntes de los cursos de las mañanas a los que no podía ir él que era celador en el Buenos Aires y recordaba eso con cariño.
Dibujo de él, que se perdió, eran unos tipos en el suelo de un vagón y se titulaba "los que se quedan sin cama".
Lala Méndez Mosquera me prestó los primeros números de Summa y me dijo que Le Pera fue importante, lo mismo que Carlos MM, en ese arranque.
Papá era socialista, aunque no afiliado, y sus amigos andaban por ahí.
Gian Peani fue muy amigo mío. Hicimos en el ‘66 con Winograd un concurso para la ciudad de Ashdod en Israel y tuvimos una mención. Cuando él estuvo en Israel le preguntaron si nos dedicábamos a hacer ciudades. Estábamos echados de la facultad y yo tenía como única obra la refacción de un baño y meditaba sobre la altura de un portarrollo.
Peani después de puso mal y murió en Italia. Vivía en una obra de Ferrari Hardoy y Kurchan y le había hecho una ampliación muy cuidada. Calle O'Higgins y Mendoza.
publicada en la revista Tecnè que dirigía Sondereguer.
Fuimos de Laica vs Libre aunque yo estaba en Resistencia.
Un abrazo y hasta pronto, Juan.

RT: ¡Qué recuerdos tan interesantes!

Le Pera nos regaló a mí y mi primera mujer, la madre de mis hijas, una muy bella tarjeta dibujada a todo color por él mismo que quisiera no se hubiese convertido en humo, algo imposible de conseguir.

Como decía antes, era un tipo de gran sensibilidad para con el mundo que lo rodeaba, lo visual, lo material, lo humano, y lo que muchos ojos no saben ver. Puede que haya sido místico. Algo  hay en mi memoria de Le Pera que quiere salir a la luz, pero no puede. Bueno, si no místico, espiritualista. No estoy seguro de expresarme bien, pero puede que me entiendas.

Me apena enterarme que Gian Peani ha muerto. Mierda! TODOS SE MUEREN: Carlos MM, Bucho Baliero, casi todos o todos los integrantes del grupo harpa ¿seguirá en pie Nardy Aizenberg? le perdí el rastro; su hermano Bobby, otro amigo, gran pintor surrealista, ha muerto en París hace ya años, Winograd, y muchos más cuyos nombres se me escapan; todos ellos amigos míos, algunos entrañables. Hace muy poco murió Clorindo.

¿Peani no vivía en la casa de Virrey del Pino, obra de Bonet, Kurchan y Ferrari Hardoy, la casa del enorme eucaliptos metido en la estructura?

Buscando en Google Sondereguer y Tecné, me di de bruces con la entrevista que ustedes le han hecho a Mario Linder; hay cosas muy divertidas allí, pero esto no es lo que quiero decir sino volver a la época de la docencia respecto de la cual tengo tres recuerdos imborrables. No tengo idea por qué antes no escribí nada sobre ellos.

1 - Ernesto Acher, el de Les Luthiers, cursaba Visión II con Carlos MM y conmigo. Como creo haber dicho, ser docente me enseñó a ablandarme. Cuando Ernesto cursaba yo era muy, pero muy duro y él, con gran habilidad y los recursos que le ofrecían las revistas, había creado una revista mural del curso, una especie de Samizdat, en hojas de cartulina blanca de 50X70 con alusiones directas a lo que sucedía en el curso, a sus compañeros y a sus profesores. Una de estas hojas me la había dedicado y en ella había pegado la famosa foto de Khrushev  en la ONU golpeando con uno de sus zapatos el pupitre del orador; la nota debajo hacía referencia a las críticas que yo hacía.

2 - Mario Benzecry, alumno mío en Arquitectura II al mismo tiempo que estudiaba violín y música, sin talento alguno para la arquitectura, incapaz de producir algo coherente, de ver el espacio, etc. Me pregunta un día qué pienso debiera hacer él, si seguir arquitectura o dejar. Yo le sugiero dejar y dedicarse exclusivamente a la música. Siguió mi consejo (http://ciweb.com.ar/Benzecry/). Esto lo considero un triunfo como docente.

3 - Otro triunfo como docente, Visión III-IV y Arquitectura IV-V: Federico Peralta Ramos, loco total, ingenioso, a veces divertido, más incapaz para la arquitectura aún que Benzecry pese a haber sido hijo de su padre. Sin que él me lo preguntara o pidiera mi opinión, mientras criticaba su última entrega le digo, "Federico, ¿por qué en lugar de seguir intentando lograr lo que para vos es imposible no te dedicas a lo que sabes hacer?” No solo me hizo caso sino que muchas veces, al encontrarnos tiempo después en una exposición, etc. se acercaba para dame un abrazo y las gracias por mi consejo.

Creo que fue  en el año 1964 que fui invitado a participar en un concurso al que la Sociedad Hebraica Argentina (SHA) llamaría para lo que iba a ser un Country Club en Pilar. Mi amistad con "Bucho" Baliero y su profundo conocimiento del mundo vegetal hicieron que le propusiera hacer el concurso juntos. Fuimos ganadores del concurso y finalmente, luego de interminables discusiones con la SHA el proyecto fue transformándose en realidad. Ya para entonces (1981) yo me iba por última vez a USA. Durante esos casi 20 años, Bucho y yo participamos en una serie de concursos para hospitales en varias ciudades argentinas (si no recuerdo mal, obtuvimos algún premio menor en alguno de ellos) y en uno para el Instituto Vitivinícola en Mendoza que ganó un cuarto premio. Tenía yo algunos trabajos propios durante este tiempo. Me esfuerzo en recordar qué más hemos hecho juntos Bucho y yo pero la memoria me falla.

No te hincho más; ya le decía a Sandra que esto sería un viaje por la historia. Les agradezco la oportunidad de hacerlo; me alegra mucho el volver la mirada hacia atrás.

Un gran abrazo,
Rubén

JMV: No, no vivía en calle Pino sino en otro lugar también por Belgrano una obra más chica.
Acher y demás personajes. Masana cuya hermana era compañera mía.
Y López Puccio compañero de mi hermana con la que hizo teatro siendo unos pibes.
Qué bueno que salgan los recuerdos a chorros!!
Nardi Aizenberg fue titular de taller donde yo fui adjunto un año. Obsesivo, le gustó mucho una clase que di sobre Mies. Fue en el ‘65, creo.    
Hasta luego. Parto al taller en un rato.
La página del taller que tengo con Jaime Sorin es myvs.fadu.uba
Chau, Juan.